Aprovechando el reciente estreno de la película ‘Intensamente 2’, que destaca la importancia de las emociones en nuestras vidas, quisimos abordar este tema desde la mirada de los especialistas que nos ayudan a entender su relevancia en el desarrollo de los niños. Conversamos con la psicóloga, Carolina Coloma, quien explica tal como señala la película, que no hay emociones buenas o malas y que todas son necesarias para una vida emocionalmente sana.
¿Cómo debemos “educar” el manejo de las emociones en los niños?
Es muy importante hablar con los niños sobre sus emociones, ya que tiene una relevancia mucho mayor a la que se conoce e influye de manera positiva en la salud mental y también a nivel cognitivo/académico y social. La mejor forma de educar es a través del ejemplo, los adultos podemos explicarles, de manera simple, lo que nos pasa y lo que estamos sintiendo. La forma en la que ellos aprenden a autorregularse emocionalmente es mediante el ejemplo de un adulto, es decir, los niños se regulan con un adulto modelando, guiando, preguntando y explicándoles lo que está pasando en ese determinando momento. Entendámoslo así, cuando el niño tiene una “pataleta” está desregulado emocionalmente, su cerebro no logra conectar con su parte racional y necesita que un adulto lo ayude a procesar sus emociones, no tiene ningún sentido intentar razonar durante la pataleta, ya que simplemente él no va a entender porque su cerebro no está disponible en ese momento.
¿Desde qué edad en adelante debemos abordar este tema con los niños?
Mientras antes se comienza a hablar de las emociones mejor. Cuando los niños son pequeños podemos abordarlas mediante cuentos o a través de juegos incluyendo preguntas sobre cómo se sienten y qué hacer con lo que les está pasando. El desarrollo en la primera infancia es fundamental para el resto de la vida y puede causar un gran impacto en su ciclo vital, es muy importante comenzar temprano con el trabajo emocional ayudando a los niños a reconocer lo que sienten, proponerles soluciones y, por supuesto, contenerlos y acompañarlos siempre en su sentir.
¿Cómo podemos enseñar a los niños a reconocer sus emociones?
A medida que van creciendo introyectan, es decir, hacen propios de manera inconsciente los pensamientos, aquello que el adulto les modeló y empiezan a regularse por su cuenta, es como si la voz del adulto entrara en su cerebro y empezarán a escuchar esa voz como propia. Si un niño es abandonado o apartado respecto a sus emociones, cuando crezca no será capaz de autorregularse, se descompensará cuando tenga un problema o no tendrá un adecuado control de impulsos. Por ejemplo, antes se creía comúnmente que cuando un niño tiene una “pataleta” debe ir a su pieza a regularse solo. Esto no es lo correcto, ya que el niño aprenderá que todos sus problemas los debe solucionar por sí solo, y como ya sabemos, esto es imposible porque no tiene las herramientas para hacerlo. Los niños deben ser contenidos por su cuidador.
Existen distintos tipos de emociones. Por ejemplo, ¿hay emociones positivas o negativas? ¿Emociones más o menor importantes?
Existen distintos tipos de emociones y todas son válidas. No existe una emoción negativa, ese es un gran error que hemos cometido los adultos: enseñar que hay emociones que no se deben sentir. Prohibirlas o hablar de ellas como algo negativo, genera culpa, confusión y probablemente aislamiento para no ser juzgado. Lo que sí podemos modelar es qué hacer con la emoción que se siente, es decir, la conducta posterior. Por ejemplo, si un niño siente enojo, no es malo ¡Bienvenida la rabia, es humano sentirla! Pero si comienza a golpear a otros, debemos comunicarle que esto no es correcto, explicándole el motivo y mostrándole otras opciones con las que puede expresar lo que siente sin dañar a los demás o a sí mismo.
¿Cuáles son las emociones con las que generalmente deben lidiar los niños más pequeños y cuáles aparecen a medida que van creciendo?
Al principio la capacidad de comprender las emociones es más concreta. Los niños conocen las emociones básicas, pero ya cuando van creciendo pueden ir desglosando otras emociones más específicas, por ejemplo: la decepción, la apatía, la esperanza, etc. Algo muy importante cuando los padres comparten sus emociones con los niños, es considerar límites apropiado para la edad de los niños.
Nos puedes compartir algunos “tips” o recomendaciones para los padres en relación al manejo y expresión de las emociones en los niños.
Recordar que cuando el niño se desregula emocionalmente, no sacamos nada con intentar razonar con él o discutir. Es importante contenerlos y ayudarlos a buscar herramientas para procesar todo lo que sienten. Una vez ya calmado, ahí pueden razonar con ellos y establecer acuerdos. Es recomendable también generar instancias de conversación para que ellos se sientan cómodos y seguro para contar lo que les pasa o lo que están sintiendo.