La naturaleza es un entorno de aprendizaje multisensorial donde los niños experimentan la
observación y descubren el mundo que los rodea. El juego al aire libre promueve la curiosidad
y la imaginación, los niños que pasan tiempo explorando la naturaleza aprenden mejor y
están más comprometidos con el aprendizaje.
Mejora también la salud física al reducir los riesgos de obesidad y miopía. A nivel de salud
mental, está comprobado que el contacto con el exterior disminuye el estrés, la depresión y en
los niños reduce los síntomas de la hiperactividad. Además, el contacto con el sol, de forma
segura, aporta vitamina D necesaria para que el cuerpo se mantenga sano y fuerte.
El jardín de la casa, la plaza o el parque son un maravilloso espacio para jugar y divertirse de
múltiples maneras y en primavera ofrecen un verdadero espectáculo al poder observar, por
ejemplo, el proceso de una flor hasta verla brotar. A partir de este mes, los días son más largos
y mejoran las temperaturas permitiéndoles salir a jugar, saltar o correr mientras disfrutan
mirando el entorno y sus transformaciones.
Cuando los niños son pequeños, los juegos al aire libre permiten estimular el desarrollo y
fortalecimiento de habilidades físicas, musculatura, motricidad y coordinación. Mientras
juegan, se familiarizan con su cuerpo y al moverse experimentan alegría y felicidad que
contribuye a su desarrollo integral.
Además, los elementos de la naturaleza ayudan a fortalecer los sentidos: el olor de las flores
o del pasto, el aroma de la tierra húmeda o el sonido de los pájaros son algunos ejemplos.
Otro aspecto importante es que el juego en el exterior permite que los niños conozcan el
entorno y aprendan desde pequeños la importancia de proteger el medio ambiente. La
mejor forma de generar conciencia ecológica es mostrándoles el planeta y como, a través de
simples y cotidianas acciones, podemos cuidarlo.
Los invitamos a experimentar personalmente el enorme poder del juego en la naturaleza, sin
olvidar la vestimenta adecuada, protegerse del sol y elegir lugares seguros para jugar y gozar
del entorno.